Escuela de Sabiduría Ancestral

TRIBU SOLAR

Una escuela que acompaña al ser humano a aprender, evolucionar y
trascender.
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¿Que es Tribu Solar?

Tribu Solar es una escuela de vida donde estudiamos el comporta-miento humano. "Para que nos comportamos de la manera que nos comportamos"
Aquí encontrarás instrumentos que si se aplican dan como resultado Aprender a Vivir.
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MEDITACIONES

La Meditación es un instrumento que acompaña a fortalecer nuestro proceso de continuo aprendizaje, evolución y trascendencia
Meditaciones TribuSolar

RE-VISTA TRIBU SOLAR

El poder transformador del aprendizaje

Descubriendo el camino hacia la evolución del ser humano.


En nuestro proceso constante de evolución y trascendencia, en el sendero del aprendizaje, hay disponible infinidad de instrumentos. En este escrito, exploraremos uno de ellos: la ley de octavas, acompañándonos a reconocer cómo el proceso del aprendizaje nos impulsa a trascender y evolucionar como seres humanos. Vamos a descubrir cómo el aprendizaje va más allá de la obtención de conocimientos y resultados tangibles, convirtiéndose en un estilo de vida que nos lleva a explorar y conectar con nuestra verdadera esencia. Acompañémonos en este viaje hacia el auto descubrir y la expansión de nuestra conciencia.

La ley de octavas es una ley universal que rige el proceso de evolución e involución de la energía en el universo. Al igual que en una escala musical, ascendemos o descendemos en frecuencia y vibración a través de las distintas octavas. La primera octava fundamental es la del aprendizaje, donde descubrimos el propósito más profundo de aprender. Va más allá de la mejora personal o la obtención de resultados deseados, es un viaje hacia el despertar de nuestra consciencia.

En esta primera octava, aprendemos a aprender. Nos damos cuenta de que el aprendizaje no se trata solo de adquirir información, sino de relacionar y conectar nuestra experiencia presente con lo que ya hemos vivido. Es un ejercicio de conciencia que nos permite desarrollar un poder inmenso sobre nosotros mismos. A medida que avanzamos en esta octava, vamos trascendiendo el bucle de repetición y nos adentramos en una nueva forma de percibir y comprender el aprendizaje.

Cuando ascendemos a la siguiente octava, el aprendizaje se convierte en un estilo de vida. Percibimos que aprender es un constante fluir, una forma de ser y estar en el planeta. Nos abrimos a información de octavas superiores, como los mantras, la energía, las escuelas esotéricas y conceptos como la clarividencia, la telepatía y la telequinesis. Sin embargo, es importante recordar que acceder a información de octavas superiores sin haber trascendido la primera octava del aprendizaje puede generar confusión y desequilibrio en nuestras vidas.

El proceso de aprendizaje no solo implica absorber información, sino también practicar lo aprendido. Podemos asistir a retiros espirituales, tener acceso a maestros y sabios y recibir conocí-mientos elevados, pero si no integramos y aplicamos esa información en nuestra vida cotidiana, poco a poco se ira transformando en un medio más para violentarnos y continuar sumiéndonos en la ignorancia. Es a través de la práctica constante y continua del aprendizaje que experimentamos eso que llamamos una verdadera transformación, es decir, una consciencia.

El sendero del aprendizaje nos lleva a trascender a través de las distintas octavas de evolución. Cada octava representa un nuevo nivel en nuestro desarrollo, con nuevos retos y oportunidades. Al igual que subimos escalones en una escalera, avanzamos hacia una comprensión más profunda de nosotros mismos y del universo que nos rodea. El aprendizaje se convierte en una llave maestra que nos permite abrir puertas hacia experiencias y niveles de conciencia cada vez más elevados.

El aprendizaje es un proceso transformador y una invitación constante a evolucionar y trascender. A medida que nos sumergimos en las distintas octavas del aprendizaje, abrimos puertas hacia nuevas dimensiones de nuestra existencia. El aprendizaje trasciende la adquisición de información, convirtiéndose en un estilo de vida que nos impulsa a evolucionar y expandir nuestra conciencia.

Permitámonos atrevernos a sumergirnos en el poder transformador del aprendizaje. Trascendamos esa búsqueda insaciable de conocí-miento e información y comencemos a vivir nuestra propia transformación; y a medida que nos estudiamos a nosotros mismos, descubriremos el vasto potencial que reside dentro de todos y cada uno de nosotros y así encontraremos un sendero diferente, un sendero hacia una vida más plena y significativa.
El aprendizaje es la llave que nos permite abrir las puertas hacia nuestro verdadero ser y conectar con nuestro universo interior. ¿Qué estamos esperando para utilizarla?

Sergio Santacoloma

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¿Por qué nos castigamos por la acción del otro?

¿Castigamos por la acción del otro?. Siempre escuchamos en nuestras conversaciones cotidianas “Esta persona me dañó”, “me hirió”, “me hizo”, “me engaño” y otras tantas frases con las que nos referimos para culpar al otro de nuestro sentir o “dolor”. Siempre permaneciendo en la superficie de la situación en donde retribuirle toda la responsabilidad al otro es más cómodo, porque culturalmente no se ha infundido la consciencia de observar a profundidad una situación y ahí entra mi cuestión ¿realmente es tan difícil o poco factible hacerme responsable completamente de lo que sucede en mi vida?

Estos fueron los puntos que encontré en mi búsqueda de la respuesta. Creer que el otro tiene un poder tan grande sobre mí, al punto de imaginar que es él quien genera las emociones dañinas con las que me habito es brindarme un castigo por la actitud de alguien más.

Si partimos del referente que indica que los seres humanos pueden comportarse de X o Y forma y que soy yo quien decido mi reacción ante ello, entonces reafirmamos esta teoría, si siento ira, dolor, frustración, vergüenza por la acción de alguien más en definitiva lo que estoy realizando es delegar la responsabilidad de mi vida constante y continuamente a cómo los demás se comporten y de esta forma nos convertiríamos en un barco a la deriva a merced de las olas del comporta-miento de otro.

El anterior punto queda claro, pero ¿por qué permitimos esto en nuestra vida?, uno de los mayores conflictos que habita el ser humano a nivel psicológico es el conflicto de reconocí-miento, es decir, hay una búsqueda constante y continua de aprobación de los seres que nos rodean porque se busca en los demás la forma de reforzar lo valiosos que somos o podríamos llegar a ser, esto resulta complejo porque dentro de un planeta en donde existen millones de mentes, visiones y formas es casi imposible que todos concuerden en un solo pensar, por lo cual siempre existirán detractores o críticos hacia lo que realices o dejes de realizar.

La única forma de dar un verdadero paso hacia la libertad del ser es encontrando la forma de reconocerme a mí mismo, mi propio proceso, soy yo quien me doy mi valor, quien comprende mi camino e integro que TODO, absolutamente todo es para aprender y que aunque buscamos siempre dar lo “mejor” y hacerlo de la “mejor” manera, siempre debemos ser nosotros quien estemos puliendo un proceso que es perfecto dentro de lo imperfecto.

Siguiendo el hilo de esta investigación, si observamos de una forma objetiva, siempre culpar a los demás de forma continua y constante de nuestro accionar o no accionar, de nuestras “desgracias”, nos vamos a topar con un gigante muro de ignorancia y dolor con el que nos mantenemos atrapados en el sufri-miento.

Hacernos responsables de nuestro proceso es el único paso que existe para la libertad absoluta del ser, continuar reconociendo mi propio proceso desde la individualidad sin requerir que sea el otro quien me dé una palabra de aceptación es lo que nos permitirá encontrar en nosotros mismos el centro en el cual oscilar, un centro que nos permite escuchar, aceptar y continuar, más no nos permitimos castigarnos con una emoción densa a raíz de lo que el otro pudo decir, pensar o actuar.

El control que ejercemos sobre cómo deseamos que los demás nos vean se convierten en las cadenas con las que truncamos nuestro proceso. Obsérvese desde sus ojos, aconséjese desde su visión, no se permita encontrarse a sí mismo midiéndose con la vara del vecino porque el vecino lleva un proceso totalmente diferente al suyo, aunque se encuentren en el mismo lugar, aunque aparentemente les suceda todo igual. “El privilegio de toda una vida es convertirte en quien realmente eres” Carl Gustav Jung

Tribu, los invito a encontrar su centro, un centro con el que se permitan aprender de los demás, sin castigarse por no obtener el resultado esperado por otros, permítanse la libertad de ser ustedes mismos asumiendo la responsabilidad de su propio camino sin necesidad de encontrar validación en los demás.

Pronto nos volveremos a leer, un abrazo. Nos amamos.

Laura Velasquez

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Un nuevo inicio

En muchas oportunidades nos vemos frente al reto de un cambio inminente, de una etapa finalizada acompañada de un inicio que nos muestra un nuevo camino que aún desconocemos más que nos invita a recorrerlo porque el anterior ya fue cruzado, aunque leerlo suene lindo e inspirador en la mayoría de ocasiones este proceso viene acompañado de un miedo paralizante que nos llama a dar vuelta atrás y continuar con lo ya conocido porque lo desconocido puede ser demasiado incierto y traer consigo situaciones con las cuales “no podríamos”, más esto es solo una creencia con la cual hemos limitado nuestro proceso. Hoy abordaremos en profundidad este tema.

Vivimos con el filtro de Disney y con esto me refiero a que creemos que los momentos de cambio y las situaciones que aparecen en nuestra vida deben llegar de una forma suave, hermosa, inspiradora y sencilla de realizar, así creemos que deberían ser las finalizaciones e inicios de una nueva etapa, esto es una creencia que construimos basada en la televisión y cuentos fantasiosos, más en muchas oportunidades de nuestras vidas nos damos de bruces con la realidad de que en vez del color rosa de la cenicienta, llega una oscuridad acompañada de miedo, angustia y desesperación cuando nos vemos ante el umbral de una nueva etapa, lejos de creer que esto es un proceso normal que nos indica que estamos avanzando y que debemos ponernos a laborar más en el aprendizaje e instrumentos para la forma en que voy a bordar este nuevo camino, lo reprimimos porque creemos que está mal sentir este tipo de emociones y que contrario a lo que está sucediendo en nuestras vidas vamos en retroceso, al reprimir estas emociones no le damos el tránsito necesario para que esto depure y quede lo que realmente nos están mostrando (el aprendizaje) y pasamos a esta nueva etapa con una carga que con el transitar de los años se va densificando y creando pesadez en nuestro camino, cuerpo y mente quizás sea mejor soltar esta carga y caminar livianos de equipaje. Aceptar, aprender y avanzar es la fórmula que utilizamos en nuestra escuela en cualquier tipo de caso que se nos presente y un caso como este no es la excepción, permitir que las emociones fluyan, que la vida tome el curso que debe tomar es el primer paso después de reconocer lo que estoy viviendo para darle tránsito a mi nuevo camino, la incertidumbre siempre ha de generar miedo porque nos indica ausencia de control en lo que viene, no podemos controlar lo desconocido y eso nos aterra, aunque lo desconocido sea algo maravilloso, muchas personas se encuentran ante este umbral y prefieren dar vuelta atrás solo por no poseer control de lo que viene, más superar este control y dar el paso a lo desconocido es lo que nos brinda las mejores aventuras y los retos que nos han forjado como seres humanos valientes, capaces y fuertes. No hay límites en el empeño humano, más que aquel que ponemos en nuestra mente, superar estos momentos de dificultad, oscuridad que acompañan cualquier proceso de transición, no nos hace malos o seres dañados, abolir las viejas creencias fantasiosas sobre cómo son los cambios nos llevará a conocer el infinito de un universo que no posee límites.

“Danzar con la incertidumbre implica comprender que las mejores cosas de nuestras vidas suelen ser inesperadas”

Tribu, los invito a danzar con la incertidumbre, a dar el paso a lo desconocido como decía un viejo amigo nuestro “de él pasó que el piso aparece” permítase cruzar el umbral, soltar el control y aceptar que la emoción fluya. Nos amamos, pronto nos volveremos a leer.

Laura Velásquez

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Amor, demonios y Caza

Con el pasar de los años escuché algunos comentarios del matrimonio que de niña no comprendía más que hacían eco en mi mente conforme crecía. "¿Te quieres casar?", “Mm prefiero vivir”, “el matrimonio es la unión de dos demonios que hacen de la vida un infierno” “¿te vas a casar? Con s o con z”. Todos ellos eran chistes o comentarios al aire, dispuestos para aquellos que desearan tomarlos, y yo, como niña curiosa, los tomé. Así que comencé a crear una idea negativa del “Matrimonio” y al llegar a mi adolescencia y casi a mi adultez había tomado la decisión de nunca hacerlo, ya que “era perder mi libertad”, me resulta algo cómico el pensar que llevaba un cuarto de vida en la tierra y ya creía que había tomado decisiones definitivas para el resto de ella, más para mí era una verdad absoluta que de no haber sido iluminada se hubiese convertido en la verdad de mi vida. 

Conforme pasaron algunos años tomé una de las mejores elecciones de mi vida y fue ser la observadora de mi mente y de mi entorno, así que me permití observar TODO lo que me rodeaba, lo que llegaba a mi mente, lo que veía en la TV, lo que leía, absolutamente todo, y, como mi posición de observadora lo indicaba, no entraba en la película, así que no participaba, y eso me daba un aprendizaje neutro de cualquier situación, y lo que más me generaba interés de observación eran las parejas. Llegaban tantas parejas a consultas con mi padre y al observarlas, me resultaba tan complejo y al mismo tiempo tan mínimo todo aquello por lo que podían complicarse el uno al otro sus vidas, observar las ideas que alimentaban en su mente para hacer de la convivencia con el otro un paraíso o un infierno. No paso mucho tiempo para que se convirtieran en mi observación favorita. Entre el aprendizaje y observación llego un cambio en mí pensar y en mi vida, comprendí que el otro es el otro y que se convierte en mi reflejo en la medida que estoy con él. Surgieron preguntas como ¿a dónde voy? Si no es a donde mi compañero me sigue, o ¿a dónde me dirijo? Si no es a donde él me guía. Desglosando todas estas preguntas, ideas y situaciones, comencé a entender que no podía exigirle a alguien más de lo que podía ofrecer y que no existía más responsabilidad que conmigo mismo. ¿Por qué exijo?, ¿por qué pido? Si lo que yo añoro nadie puede brindármelo, si lo que yo poseo es lo único que puedo compartirme. Tanta complejidad en algo tan básico y tanto aprendizaje en algo tan común que vamos a ir desenvolviendo mientras avanzamos en el escrito.

Conforme caminaba y pasaba el tiempo empecé a darme cuenta que el amor que conocía era transitorio, pero que cuándo se trata de aprender de sí mismo, el amor se volvía eterno y que quien me acompañase era mi maestro, no mi esclavo, no la persona que llenara mis carencias, ¡qué complejo!.

Entender que mi mayor compañía realmente soy yo y que la relación que tenga conmigo mismo se verá reflejada en mi compañero, ¿qué miedo?. Cuando vemos que el otro me muestra mis demonios, cuando siento “que él saca lo peor de mí”,  me entero que no es él, que se refleja en él, porque es con quien más me relaciono, mas no es el.

En nuestra escuela no decimos “qué difícil”, decimos “que rico” porque sabemos qué hay mucho por tejer, y aquí estamos, tejiendo, aprendiendo a des tejer y tejer, porque comprendemos que hay tanto para aprender cuando se trata de relaciones, aprender a integrar que aunque el otro nos acompañe, somos nosotros los responsables de nuestro camino, emociones y desarrollo, que cuando dos seres humanos que transitan el mismo camino del aprendizaje se acompañan desde la consciencia, se convierten en seres de luz que guían una ruta que otros pueden transitar, más cuando lo hacen desde la inconciencia, ambos pueden acompañarse a hundirse en el inframundo de delegar responsabilidad y miedo al otro. Aunque hay que decir que este último es un camino difícil, casi siempre elegido por la inconsciencia, un camino donde prima el miedo y que va en descenso, es el camino de: ¿si yo exijo?, ¿si tú exiges? ¿A dónde nos lleva el mundo de la exigencia?, No lo reconozco, más, ha de ser complejo y para no entrar en él, aquí estamos profundizando en algunas creencias, en algunas limitaciones.

Alguna vez escuché que el camino de ser compañero llevaba “Sacrificio”, lo que me indicaba, dentro de mi educación, el  “Sagrado oficio”. El sagrado oficio es (A mi concepto) hacer lo que amo, lo cual me favorece a mí y a mi colectivo, más llegan algunas preguntas comunes y retoricas, ¿y si mi compañero no me acompaña?, ¿se lo exijo?. Este es un camino individual, aquí estoy por mí y el desarrollo de lo que soy y los que me rodean, nadie puede hacerlo por mí, así que.. ¿que tiene que ver mi pareja? ¿Acaso la elegí por un motivo en particular? Porque si así fuera no lo hubiese hecho, la elegí porque sentí que aquí era, fuera correcto o incorrecto y aquí estoy aprendiendo, desarrollándome, viviendo con mil situaciones más con la consciencia de que todas esas situaciones han estado acordes conmigo mismo y mi aprendizaje, dejando de exigir un poco y observando a nuestro alrededor, podemos cambiar estas cuestiones con una información un poco más neutra, ¿que acaso no he incomodado a mi compañero?, ¿ha continuado conmigo aunque fuese difícil para mí? Son preguntas que deberíamos hacernos más seguido. 

El compañero o compañera puede estar aunque el mundo se derrumbe más si yo no estoy para mí no lo comprenderé, ni lo veré porque es mi proceso el que se verá reflejado en mi relación con él. Es como me trato, como me observo y como me desarrollo conmigo misma en mi diario vivir, cómo me veré en mi espejo (Mi compañero o compañera). Estar con un ser humano igual a nosotros (Con miedos, dudas, dolor, sueños) puede convertir nuestro camino en algo maravilloso. Acompañarse desde alguien más que nos muestra todo aquello por laborar, puede convertirse en un cielo cuando me permito aprender, cuando paso a paso hay una mano la cual tomar mientras subo cada escalón, cuando hay una risa que me sigue en mis momentos de felicidad o un abrazo que me reconforta en mis momentos de oscuridad, dejar esa idea errada de niños en el cual el compañero está ahí para suplir todas las carencias y salvarnos de todos nuestros miedos nos invita a madurar en aquellos momentos que esos pensa-mientos anhelan regresar. No somos responsables del aprendizaje de nadie más que de nosotros mismos, y así es como de esta forma llega la tan anhelada libertad que tememos perder cuando estamos en pareja, de esta forma liberamos todas aquellas creencias y miedos que llegaban en torno a las ideas que nacieron desde el miedo de perdernos en el pensa-miento de que no podemos ser nosotros, o no podemos ser libres si estamos acompañados de alguien más, e ignoramos que esto sucede solamente cuando no somos responsables de nosotros mismos, de nuestro camino y aprendizaje. 

Otro punto que me resulta interesante es que en muchas oportunidades nos comparamos con otras relaciones, anhelamos profundamente que el compañero o compañera sea igual a aquel o aquella, observando la superficialidad que aquel desea “vender” o “mostrar”, rechazamos y le exigimos a nuestros compañeros que sean de X o Y manera, buscando una perfección absurda basada en una felicidad que en la mayoría de casos es actuada.  He tenido infinitas oportunidades de observar a profundidad aquellas parejas que son luz en la calle o frente a los demás, más en el momento de cerrar las puertas de su hogar, viven un infierno, dolor, sufrí-miento, oscuridad y falta de consciencia total, entonces surgen preguntas: ¿por qué anhelamos lo que no conocemos?, ¿por qué juzgamos a quien nos acompaña basado en esos estándares?. 

Sé que muchos de ustedes han tenido la oportunidad de observar esas relaciones perfectas, las cuales admiraban y tenían de ejemplo y que quizás un día se enteraron de que se separaron “¿Por qué si se veían tan bien?", "¿no lo puedo creer si parecían tan felices?”, las preguntas comunes que llegan en este tipo de casos y con el pasar de los días nos enteramos de que había cientos de situaciones debajo de aquella capa de perfección que nunca fueron laboradas y eso los llevo a la separación, y en la mayoría de las ocasiones, a una separación densa y llena de conflicto. A eso, es a lo que han llamado muchos el infierno, a compararse, minimizarse o exigirse todo el tiempo.

Aceptar nuestro camino individual, comprendiendo que hago lo mejor que puedo con la información que tengo, me lleva a aceptar mi proceso y a su vez el de mi compañero. Qué hermoso es trascender aquellas etapas en donde primaba el miedo y el dolor, con la consciencia de la observación de todo lo que me rodea. 

El punto no es criticar o juzgar lo que el otro vive, el punto es permitirme crear mi propia consciencia desde un criterio propio, desde mi propia autenticidad y antes de juzgar o atacar, comprender que el otro es mi maestro y que de igual forma yo estoy en su propio camino de aprendizaje. 

Así, observando, escuchando, conociendo, fue que encontré mi propio cielo, después de tantos infiernos, de tantas creencias, aprendizaje y situaciones logre sembrar ese cielo tan anhelado en mí, plante la semilla y la regué en aprendizaje hasta que pude cultivarla, con amor y con dulzura, hasta que encontré mi tan buscada cosecha y entendí que se trata de compartirla con quien nos acompaña, que fue una labor individual,  más se disfruta con quien nos acompañe en el proceso y está unido a la labor. 

A veces mi cielo se convierte en infierno y con la información, rápidamente regreso a él, más fue todo un camino para llegar a iluminar aquello en lo que creía desde la inconsciencia, iluminándolo con una pequeña llama transmitida por mi padre más que fue mi labor convertirla en una hoguera. 

Para aquellos que también se encuentran ante la oportunidad de estar en su propia compañía, tienen todo el tiempo para iluminar todas aquellas creencias con las cuales se han limitado, no se trata de estar con alguien por miedo a encontrarse en aquella soledad que nos conecta con nosotros mismos, se trata de abrazarla con tanto amor hasta que nos muestre aquellos miedos con los que no nos hemos permitido crear una relación sana y estable con nosotros mismos.   

Se dice que uno no necesita a nadie para sentirse pleno más que bien se siente cuando se tiene a alguien para compartir la plenitud. La búsqueda se hace mejor en compañía.

Los amo Tribu, pronto nos volveremos a leer 

Laura Velásquez.

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PARA TI, MUJER 

No hay un concepto definido de qué es ser mujer, porque es una construcción completamente individual y si entramos al origen nos encontraremos con que no somos este cuerpo, somos una energía condensada en él y a esa energía se le ha denominado SER, una energía neutra, una energía que tiene un propósito universal y que esa energía se experimenta a sí misma desde un sexo, en este caso femenino, por eso el encabezado de este escrito es MUJER, porque hablaremos de la experiencia del ser desde un cuerpo femenino.

Toda mi vida me he cuestionado qué significa ser mujer y en cada etapa de esta he obtenido una respuesta diferente que me ha acompañado a forjar el ser que ahora soy, siempre he escuchado a mi alrededor miles de conceptos de lo que debería ser o no, por ser mujer (que debo hacer silencio, que debo tener quietud, que no debo opinar, que necesito un hombre, entre otras) y durante muchos años discutí con estas voces que me decían tantos conceptos que rechazaba porque no comprendía. Con el pasar de los años dejé de discutir y pelear con ellas y empecé a escucharlas e interiorizarlas, al hacerlo me encontré con una sabiduría ancestral que ha sido totalmente tergiversada.

Mi vida empezó a cambiar cuando comprendí que el silencio no era verbal, el silencio era mental porque la mujer tiene un poder infinito de creación, y pensar sin saber hacerlo o sin consciencia solo traía caos y conflicto, así que aprendí a mantener mi mente en silencio hasta que mi pensar tuviese una absoluta consciencia y así funcionara a mi favor y a favor del colectivo. Comprendí que sí debo opinar más, que mi voz y mi voto es tan valioso y tenía tanto peso en mi entorno que elegí hacerlo solo cuando tuviese certeza y seguridad de que había un propósito claro y contundente, que debo tener quietud porque mi energía se condensa en un solo lugar y tendrá las posibilidades de crear cosas maravillosas en mi mundo y en el de los seres que me rodean, que no necesito un hombre porque perfectamente puedo vivir sin él, aún así, es sin duda un complemento muy valioso caminar en este sendero junto a alguien que te acompañe a construir, a aprenderte y a desarrollarte, que puedes estar sin un hombre, más que también despertando puedes acompañar a despertarlo. Toda esto lo comprendí por medio de la experiencia y de un ser maravilloso que me infundo gran sabiduría, más siento que aparte de ello las mujeres estamos teniendo un despertar femenino masivo gracias a aquellas mujeres que han obtenido gran información y la han entregado al mundo.

Hoy no deseo hablar del feminismo ni de los movi-mientos que están presentes en este momento, hoy a propósito del “Mes de la mujer” (sí, entre comillas porque los meses de la mujer son todos) quiero hablar con ustedes, mujeres fuertes y sensibles, mujeres de amor y dulzura, mujeres que están en busca de su sendero y a aquellas que ya lo encontraron y lo están desarrollando. Me dirijo a ustedes que con gran valentía han construido la sociedad que conocemos. Deja de buscar afuera, encuentra en tu interior todos los instrumentos para seguir tu camino, no el de tu vecina, no el de tu amiga, no el de la chica de la revista o televisión, sigue el tuyo, ahí en tu interior encontrarás la inspiración para crear y desarrollar, y cuando te escuches y ames profundamente serás luz y faro para inspirar a otras mujeres.

No te violentes con el hombre, recuerda que es un ser maravilloso que ha llegado a complementar tu vida y tú la de él, a acompañarse y a aprenderse, no a dañarse o a exigirse lo que les falta. Mujer hermosa, de sonrisa y corazón gigante, estás aquí para hacerlo todo maravilloso, tu infinito valor es el que construye la sociedad que conocemos, eres quien trae y educa las futuras generaciones, construyes y eres el ejemplo de aquellos que vienen después de ti. Aún sueño con una generación llena de amor y consciencia y eres tú quien tiene los instrumentos para desarrollarla, para traer al mundo guerreros conscientes y mujeres poderosas, ámate y encuentra en ti la motivación para ser y estar con total consciencia y claridad. Sí, es un camino fuerte el dejar de ser víctimas, el camino de dejar de ser culpables, el camino de hacernos responsables de nosotras mismas y dejar atrás todo ese legado de dolor y sufri-miento con el que hemos opacado nuestro sentir y ser. Búscate, explórate, supera el miedo a equivocarte que más allá de este hay un mundo maravilloso que espera ser vivido.

Una mujer que se ama a sí misma danza en sincronía con el universo- Karlos velásquez

Las invito a danzar, a disfrutar y a despertar el poder que habita en ustedes mismas, las amo y los amo Tribu Pronto nos volveremos a leer.

Laura Velásquez

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Sobre la adicción

Creo que para muchos seres humanos esta es una palabra alarmante, con una carga fuerte y en muchas ocasiones puede ser sinónimo de dolor y desgracia, más ¿nos hemos dado la oportunidad de profundizar en ella? Dentro del concepto oficial de Google encontramos esta definición: Se considera adicción cuando se siente cierta dependencia hacia una sustancia o actividad. Existen distintos tipos de adicciones dentro de cada grupo de mayor o menor gravedad. Considerada una enfermedad, la adicción ofrece placer o estímulos a la persona que la padece, e incluso llega a modificar su conducta.

Dentro de este concepto no se encuentra una especificación a las drogas, por el contrario, es generalizada y deja en claro que es aquello a lo cual te vuelves co-dependiente para sentir algún tipo de estímulo o placer, en este sentido podría decir que más allá de las drogas, también hay una extensa cantidad de adicciones que poseemos y pasamos por alto. Existe la adicción a comer, al deporte, al sexo, etc., que pueden ir de mayor a menor gravedad ¿a qué me refiero con esto? Bueno, creo que de una u otra forma todos somos adictos a comer porque para poder vivir requerimos una fuente de alimento continua y esto nos lleva a ingerir alimentos de forma diaria en un mínimo de tres comidas para mantener el cuerpo fuerte, podríamos decir que es una adicción sana porque acompaña a crear energía para desarrollarnos, en otro caso si comemos de forma desmedida, lo que se llama glotonería, y ya no nos alimentamos 3, 4 o 5 veces al día, sino que nos alimentamos hasta 10 y 15, consumiendo comida muy procesada, esta sería una adicción dañina para el cuerpo porque no se está alimentando desde una claridad de salud y propósito, solo se estaría alimentando desde una necesidad de placer que nunca se sacia y traería conflictos físicos, además de mostrar algunas situaciones emocionales. En este proceso podríamos indicar que lo idóneo sería ir más allá del placer y adoptar hábitos que cultiven nuestra salud, física y mental, para hacerlo debemos profundizar un poco más y encontrar el profundo significado de esta situación.

Dejando claros estos puntos, me gustaría profundizar un poco más en otro tipo de adicción, más común, menos estudiada y más compleja: La adicción al dolor y/o sufrimiento. Muchos de los seres humanos que habitan este planeta han desarrollado en sí un hábito de sufrí-miento de forma constante y continua. Están reaccionando desde la respuesta del sufrí-miento, por alguna extraña razón ellos no pueden parar de ser así y aunque deseen con ansias un cambio en su vida y dejar de vivir este tipo de emociones, continúan haciéndolo sin cesar. Evidentemente no debemos dirigir nuestro foco hacia fuera, culpando o intentando cambiar las situaciones externas que simplemente son una forma en que la vida nos está mostrando determinado aprendizaje por medio de un escenario, el foco debe ser redireccionado a nuestro interior.

Podemos explicarlo de una forma científica y comprender que realmente desde nuestras reacciones químicas le estamos enviando señales a nuestro cerebro que genera un estímulo en los neuroreceptores y después le envían señales a los neurotransmisores quienes dan la orden de segregar ciertas sustancias en nuestro cuerpo; cuando la respuesta emocional es de baja frecuencia (victimismo, miedo, angustia, culpa, sufrimiento) se segregan hormonas que están diseñadas para momentos extra ordinarios y que en altas dosis y continuas, pueden somatizar en estrés, depresión y enfermedades corporales (adrenalina, cortisol, prolactina, glucagón, etc.), cuando generamos un hábito en el cual estamos de forma constante y continúa estimulando el cerebro con este tipo de emociones este se habitúa a recibir este tipo de hormonas en sí, dejar de obtenerlas puede ser doloroso y fuerte para el ser humano (como una adicción) por lo cual, aunque se proponga a realizar un cambio, este siempre buscará la forma consciente o inconsciente de estar de nuevo en la misma situación que le genera esta estimulación y aunque no lo acepte le genera placer. Ejemplo: Una persona que se ha acostumbrado a hacerse víctima de cada circunstancia, esta situación le genera una estimulación en su cerebro que le da placer, con el pasar de los años ha creado un hábito muy fuerte y aunque sea consciente que se hace daño a sí mismo con este tipo de actuar, siempre buscará de forma consciente o inconsciente estar en la misma posición porque anhela el placer que le genera esta situación y rechaza el dolor que le genera el dejar este hábito, aunque sea por un lapso limitado de tiempo.

Las emociones de alta frecuencia (amor, gratitud, felicidad, etc.) le generarán rechazo, ya que puede ser demasiado violento para este ser y su mente este tipo de vibración, de esta misma forma planteada anteriormente, se puede crear una adicción sana, en donde se hace responsable de su vida y aunque se enoje o tengo algunas situaciones de dolor, predominará en sí una respuesta de responsabilidad ante sí mismo y entrará en neutro, no necesitará un culpable o víctima de ninguna situación y recurrirá a un aprendizaje. Este también tiene el mismo proceso en donde la reacción emocional que se ha adoptado ante una situación llevará al neuroreceptor a crear un estímulo en el neurotransmisor y este enviará la señal para segregar hormonas muy positivas y curativas para el cuerpo (serotonina, endorfina, oxitocina, dopamina, etc.) de esta forma también se podrá crear un hábito que incite al vivir de una forma tranquila, con armonía en sí mismo y promoverá la belleza, la juventud y la claridad.

De esta forma podemos identificar que la adicción a sustancias no solo implica a las externas, aquellas que nos venden en las calles y carteles antidrogas que más allá de estar atentos y laborar en lo que creemos adicciones (también importantes) podemos mirar hacia adentro, observar las adicciones en nuestro interior antes de que se manifiesten en nuestro exterior, hacernos completamente responsables de la salud de nuestra mente y nuestros cuerpos, de esta forma también podemos darle una orientación a nuestros hijos y estudiar el porqué se comportan de la forma que se comportan, qué tipo de adicciones se están forjando desde su niñez y así acompañarlos a encontrar la información en ellos mismos y darles tránsito  ¿Interesante? En este nuevo episodio de la revista tribus los invito a observar cuáles son sus adicciones, el trasfondo de ellas, observar el tejido que han realizado durante años y cuando encuentren ese tejido se sientan con la fuerza de atravesar el umbral de crear nuevos hábitos desde el aprendizaje y la sabiduría obtenida, los amo Tribu, pronto nos volveremos a leer.

Laura Velasquez

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